lunes, 1 de septiembre de 2008

Karmatta


Son secretos tan profundos como las viseras de mi cuerpo,
son recuerdos tan oscuros como la sabiduría de mi karma,
son pecados mortales como las llagas de mi alma.

Son deseos guardados en el purgatorio del piso alto del infierno,
son sueños paganos que se escapan de una tumba abierta en donde
los muertos se burlaron de mi.

Caí en el abismo de mis excesos...
me levante del sótano de mi cielo.

Ahora yo soy mi verdugo, porque la culpa, juzgó mis desatinos.

La sentencia... muerte a los temores de este olvido...
Escrito por mi amiga Tana en 1981.